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Isla de la Energía

Planeamiento y desarrollo de la Isla de la Energía en Venecia.
2013

LATENCIA LACUSTRE

HIPÓTESIS

La Isla de la Energía se propone en una situación concreta, la Isla de San Giorgio, dentro del barrio de San Marcos, como símbolo histórico y núcleo originario y perpetuo, del organismo vivo, cambiante y en constante evolución que es la ciudad de Venecia. Dicha situación tan contrastada respecto al resto de la ciudad, supone la creación, a modo de fragmento o unidad espacial, de un nuevo punto de partida hacia una reconfiguración del modelo de ciudad existente y, a su vez, como la búsqueda de un re-equilibrio ante la cuantiosa capacidad de carga de flujos y excesos consumibles generada en este área acotada.

El establecimiento de la hipótesis del crecimiento de la ciudad como nueva conquista del territorio sobre la laguna, perfila un nuevo rumbo hacia el equilibrio y la prosperidad, dejando atrás el pensamiento de un mundo extinguido y consumido por la antigua visión romántica y los excesos energéticos. Así pues, la implantación de infraestructuras energéticas como medio o soporte para el desarrollo sostenible de la nueva ciudad del futuro: “La Nueva Venecia”, tiene como objetivo la incorporación de espacios diferenciados y a la vez flexibles, que actúan como generadores de paisaje(s), modificándolo(s) y transformándolo(s) a través de la hibridación de diferentes estratos, en los que la mezcla de espacios para vivir, trabajar y disfrutar del ocio, con una combinación de intimidad y a la vez globalidad, a modo de comunidad que se sirve de las infraestructuras u otros dispositivos como portadores de energía son capaces, mediante la acción coordinada del hombre-maquinaria-infraestructura, desarrollar una oportunidad de espacio público maleable capaz de adaptarse a las circunstancias demandas por los propios usuarios, en función de las costumbres, el clima, las nuevas formas de vida….

COMUNICACIÓN

Las formas son temporales, están atrapadas en el tejido del intercambio, aparecen teñidas de modo constante por las negociaciones y renegociaciones que se producen en sus entornos. Mientras tanto, el tiempo añade relatividad a la idea a medida que recorre el mundo, aquella en el que el proceso cobra interés el potencial, aquel que se encuentra inherente en el “campo de ondas”, aquel donde el individuo se sumerge en la exploración de la relación entre la forma portadora de contenido torre-nube-interfaz y una actividad auto-reflexiva de realidades, datos, procesos, cuantificaciones energéticas, progreso, avance, contaminación, sostenibilidad…

Es así como la acción de comunicación cobra compromiso con el contexto, produciéndose un enfrentamiento y desafío en tiempo real, que tiene la finalidad de lograr un sentido general y global de responsabilidad, de generar una concienciación y un compromiso con nuestra relación más íntima con el entorno. Dicha manifestación solo se hace posible cuando la experiencia y percepción de los cambios se hace registrable en una construcción cultural y social, siendo ella misma, capaz de formalizar nuestro tiempo y espacio.

ENERGÍA

Energía como potencia, entropía, como activación de fuerzas y esfuerzos de procesos, como fenómenos o situaciones capaces de catalizar y alimentar potencialidades, bien desde una esfera más global y de espacio público urbano, hasta una escala de barrio más individualizada, de unidades concretas, pero que a su vez son generadoras y participantes de este ciclo, de este proceso entendido siempre como la reactivación y propulsión del entorno a través de nuevas formas de energía, generadas en nuestro caso, a partir de cultivos de algas, depuración extensiva, “nube(s)” fenomenológica(s)… todo ello, como mecanismo de interacción entre los estratos de la isla.

La isla se divide en franjas paralelas, orientadas SE-NO y de dimensiones estándar, que son susceptibles de acoger las principales categorías del programa, el cual se presenta como un paisaje de instrumentos sociales, fraccionado en porciones programáticas de contenido independiente y autónomo, que a su vez proporcionan puntos fijos a la infraestructura; atravesando el emplazamiento y, que a su vez, se “contagian”, se maclan y evolucionan por la proximidad ente ellas.
Esta táctica genera una longitud máxima de “fronteras” entre el máximo número de componentes del programa y, gracias a la permeabilidad entre las mismas, se garantiza el máximo número posible de mutaciones programáticas.
Se pretende así la coexistencia dinámica de acontecimientos cuyo conjunto sea el portador de un “sistema” caracterizado por la inestabilidad.

DEFINICIÓN PROGRAMÁTICA

La Isla de la Energía se propone en una situación concreta, la Isla de San Giorgio, dentro del barrio de San Marcos, como símbolo histórico y núcleo originario y perpetuo, del organismo vivo, cambiante y en constante evolución que es la ciudad de Venecia. Dicha situación tan contrastada respecto al resto de la ciudad, supone la creación, a modo de fragmento o unidad espacial, de un nuevo punto de partida hacia una reconfiguración del modelo de ciudad existente y, a su vez, como la búsqueda de un re-equilibrio ante la cuantiosa capacidad de carga de flujos y excesos consumibles generada en este área acotada.
La isla, quedará dividida en franjas paralelas, orientadas SE-NO y de dimensiones estándar, que son susceptibles de acoger las principales categorías del programa, el cual se presenta como un paisaje de instrumentos sociales, fraccionado en porciones programáticas de contenido independiente y autónomo, que a su vez proporcionan puntos fijos a la infraestructura; atravesando el emplazamiento y, que a su vez, se “contagian”, se maclan y evolucionan por la proximidad ente ellas.
Esta estrategia es generadora de una longitud máxima de “fronteras” entre el máximo número de componentes del programa, dotando el conjunto de cierta permeabilidad capaz de garantizar el máximo número posible de mutaciones programáticas.
Se pretende así, la coexistencia dinámica de acontecimientos cuyo conjunto sea el portador de un “sistema” caracterizado por la inestabilidad.Una concepción cambiante y evolutiva del antes llamado “espacio estático” y claramente definible, que pasará a ser pues, un incesante modelado y remodelado entorno de interactuación de multiplicidades espaciales y coproducciones.

Estrato A: Central de Energía DHC como principal mecanismo de transformación , generación y suministro energético a la vez que actúa de ente portador del espacio público, dando soporte a una estructura de cualidades urbanas que acontece en la “nueva Venecia”.
Como remate y colmatación de este portador de energía, se pone de manifiesto, alzándose sobre la isla, una acción de comunicación, un contenedor que cobra compromiso con su contexto más inmediato y , a su vez con su contexto más global. De este modo, se produce un enfrentamiento y desafío en tiempo real, que tiene la finalidad de lograr un sentido de responsabilidad y de la generación de una concienciación y compromiso con nuestra relación más íntima con el entorno. Dicha manifestación sólo se hace posible cuando la experiencia y percepción de los cambios (nubes de vapor en dispersión),se hace registrable en una construcción cultural y social, siendo ella misma, capaz de formalizar nuestro tiempo y espacio.

Estrato B: Embarcadero como nexo entre la Central de Energía DHC y la Central Neumática de Residuos, albergando áreas de carácter más público enfocadas al estacionamiento del visitante y otra de carácter y funcionamiento más interno, destinadas al personal especializado.
La plataforma que se despliega y se genera a partir de estructuras espaciales, alberga una red de cultivo de algas, orientadas hacia una máxima productividad y captación solar, con la finalidad de generar una estación de servicio de biocombustible, una infraestructura de gestión energética que propone un nuevo modelo de consumo repercutible directamente en el medio de locomoción y desplazamiento del visitante y residente de la “vieja” y “nueva” Venecia; poniendo de este modo en práctica, una visibilidad y focalización concreta del modo y cantidad en el que el sistema isla genera y ofrece energía a la ciudad.

Estrato C: Canal como reminiscencia a la constante y perpetua presencia del agua desde el primigenio crecimiento y formación de la ciudad. Agua como espacio público de límites difusos.

Estrato D: Central de Recogida Neumática de Residuos a modo de sistema de recogida y procesado de aquellas “viejas costumbres” de la ciudad, un mecanismo de canalizaciones sumergidas que supondrán un punto de inflexión en los paradigmas energéticos y que servirán como “canal transmisor” de potencialidades latentes del “ciclo”.
La cubrición de la central, como forma de preservar un fuerte carrácter introvertido y maquinicista, es ofrecido en un espacio público en el que convergen sinuosos recorridos que se acompañan y tiñen de vegetación aromática a modo de cúlmen y proclamación de esa regeneración y “limpieza” de las anticuadas costumbres.
Como punto de conexión física con la “vieja” Venecia y sus rutas, se incorporará una nueva parada de vaporetto, situada en el límite de dicho estrato-plataforma.

Estrato E: Planta de Depuración Extensiva basado en un único sistema reactor cuyo proceso natural se apoya en la ausencia del aporte energético. Dicha premisa, es vista como una ventaja en consumo y aporte energético, pero se manifiesta por índole, en una extensa área en enraizamiento de vegetación en la conversión y encuentro con un “estrato visitante” que se macla a la plataforma originaria y, de este modo, eclosiona en un complejo ecosistema de humedales artificiales.

Estrato F: Piscinas como plataformas acuosas en un gesto de implantacion paisajistica que pone en relacion y convivencia directa y simbiótica ambos medios acuáticos, uno de carácter más natural y otro más desnaturalizado.

Estrato G: Paisajes comunitarios en dispersión (”áreas de picnic”) como lugar de reactivación del paisaje mediante polaridades de interactuación social, en un único espíritu conciliador de la sociedad contemporánea. Usuario no como espectador sino como creador de alianzas.

Estrato H: Canal como reminiscencia a la constante y perpetua presencia del agua desde el primigenio crecimiento y formación de la ciudad. Agua como espacio público de límites difusos.

Estrato I: Conexión con la isla de San Giorggio, a través de un puente perpendicular, a la pieza de enlace de todo el conjunto. Dicha interacción provoca un núcleo centrífugo, punto estratégico, a modo de plaza, que recibe la afluencia de turistas, que pueden llegar desde San Giorgio o de la propia isla. Es por tanto el punto donde surge el Centro de la Energía, el cual se adapta al estrato en dos prismas a distinta cota, los cuales maclan con la pieza de enlace y facilitan una comunicación vertical. El prisma superior, más privado, será destinado a la investigación, y el inferior a un uso público y docente. Un muelle proporciona un lugar de reposo donde los usuarios podrán descansar. El jardín botánico otorga un contacto directo con la laguna, sirviendo a su vez de suministrador de especies a los laboratorios. Una serie de subcanales perpendiculares comunicarán los distintos estratos, empleando los mismos recursos formales que la propia Venecia.

Estrato J: Área destinada a la manifestación de la energía, donde los venecianos y turistas podrán ser participes de la producción energética como sistema limpio y sostenible, mediante dispositivos lumínicos, y sonoros que interactúan con los sentidos del usuario, el cual puede comprobar la cantidad de energía que produce. Los captadores del agua de lluvia tienen como referencia el antiguo sistema de recogida del agua de lluvia.

Estrato K: Los invernaderos aseguran una producción de cultivos. De especies idóneas para la investigación, y la alimentación, generando gracias al mercado un ciclo social cerrado, el cual suministra productos al Centro, a las viviendas y a la propia Venecia. Los jardines verticales, a modo de nuevo archivo, funcionan como una biblioteca vegetal, ocupando una superficie menor.

Estrato L: Concentra una serie de captadores de agua que alimentan los cultivos hidropónicos, que también extienden la idea de estanterías vegetales, esta vez sin la necesidad de tierra, aludiendo a la laguna como generador de vida, siendo el agua el único elemento natural que interviene. El área de la contemplación mira hacia el futuro de Venecia, hacia la Laguna, hacia la deseable extensión futura de la isla.

Estrato M: Estrato más público, que se relaciona con la parte sur de la isla. Mediante un espacio destinado al uso y disfrute de los más pequeños donde hay una relación directa con el habitar. El aviario da cobijo a las especies tan poco deseadas en Venecia. Palomas y gaviotas pueden vivir en contacto directo con la laguna, facilitando también la distribución del polen de nuestras especies vegetales. Próxima al límite oriental una zona boscosa cierra el subconjunto, como si se tratara de un borde urbano, límite de la civilización.

Estrato N: Canal como reminiscencia a la constante y perpetua presencia del agua desde el primigenio crecimiento y formación de la ciudad. Agua como espacio público de límites difusos.

Estrato O: Se considera una franja deportiva como preludio a la residencia de investigadores, en el recorrido de la isla. Separa el embarcadero de ésta, y el espacio se va difuminando.

Estrato P: La Residencia de investigadores se plantea como reinterpretación del continuo espacio que es en sí la isla. Entendemos esto, como concepto de comunidad, de la relación que inevitablemente llevamos a cabo con nuestros vecinos y la forma en la que interactuamos con ellos y con el espacio adyacente que habitamos. La relación entre lo público y lo privado no desaparece, pero queda más difuminada, pudiendo disfrutar de ambos contextos a la vez, ya que se fusionan y no quedan delimitados, maclando actividades y convivencias diferentes entre ellos.
Se crea por tanto un espacio continuo, que se puede recorrer de manera unitaria y que nos permite liberar a la casa de gruesas paredes, pudiendo crear “la casa abierta”, aquella que maneja conceptos de belleza como la luz, el aire, el movimiento y la abertura. Una casa que permita vivir en contacto con el exterior desde el interior, que en vez de sombras tenga luz.

Estrato Q: Los huertos urbanos actúan como incitadores de buenas dinámicas urbanas, no sólo por la capacidad de los mismos de generar nuevas acciones que permiten, entre otras cosas, la socialización y la relación con la naturaleza, sino que añaden cualidades irrenunciables para la vida que tienen que ver no sólo con el espacio, sino con el tiempo: el huerto Urbano nos permite conectarnos, en mitad de la ciudad, con el ritmo de la naturaleza.

Estrato R: Canal como reminiscencia a la constante y perpetua presencia del agua desde el primigenio crecimiento y formación de la ciudad. Agua como espacio público de límites difusos.

Estrato S: Se desarrolla un Terrain Vague. Un espacio no exhaustivo y en continua transformación, basado en una serie de instrumentos y predisposiciones cambiantes, imprecisas y aleatorias. El usuario adapta el espacio a nuevas necesidades. Se posiciona como remate de la Isla de la Energía, ya que se prevé el crecimiento de Venecia, por lo que puede ser un punto de unión para futuras formaciones, un nexo de comunicación, que conecte y de continuidad a todo el crecimiento.

Proyecto realizado en colaboración con Carolina Hernández Olmos, Jaime Gutierrez y José María Gonzalez.

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